No bosquejo en paisajes celestiales
el crepúsculo erial sin ocaso
No bebo del espejo de la luna
la miel de su reflejo inmaculado
De mi sepulcro brota la ponzoña
ácida de una soledad extasiada.
Lágrimas de penas oprimidas,
en la llaga de mi puño ahogadas
Sueños rendidos en plena batalla.
Remos mutilados a la deriva,
sin horizonte ni ancla en la sombras
Un amor que partió huérfano del puerto
atado por las hebras de una metáfora,
en una desolada bruma sin mar
Me encantó y me hizo emocionar, justo en este día lluvioso y fresco, más parecido a un abril que a un enero.
ResponderEliminarSiga así, Lore, y me voy a volver una romántica total...