Sonetos cartesianos, prosas poéticas, cosas raras; bocetos sin forma, ni nombre, ni estilo, ni razón; salpicones de pintura, notas que no entran en partituras, dibujos sin formas, garabatos de palabras…

martes, 14 de diciembre de 2010



Apaga el fuego, deja el carbón
Tapa la luz con un paño
Quema el sol, dilúyelo

Puebla de nubes la habitación
Llama a la penumbra
Que la luna  de hiel,
sofoque tu dulzura

Mata  con un soplo el albor
Que ni la aurora ni el crepúsculo,
vengan a danzar
Pinta todo de negro

Ahoga tus ojos mojados,
quema tu mirar
Cierra la puerta y en silencio
vete antes de que pueda despertar.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Vivo en una esquina de un pueblo que se disfraza de ciudad, un poco gris, llena de polvo y pelusas alérgicas. Calles enanas y pedregosas, acequias frígidas, flores tímidas con ataques de fobia, árboles que mueren sentados, gorriones desafinados, hormigas de huelga y víboras que duermen la siesta. Vecinas que pasean a sus perros mudos mientras ellas ladran, niños que juegan a gritar; carteros en extinción,  bicicletas con rueditas  sin equilibrio, locas que riegan cuando llueve, hambrientas que comen  perdices felices. Creyentes que juegan a la rayuela con la parca. Barriletes impotentes, gatos con más vida que hierba mala, Romeos que se visten de Julieta. Ladrones que piden  limosna, ricachones que no paran de robar. Solteronas con apuro, casados con muy lento caminar.
Pero... ¡Ay…Qué suspiro! Cuándo él señor me pasaba a buscar, la esquina se volvía pintoresca, todo parecía una fiesta,  una mezcla de bolero y milonga sentimental…

En tu mar


Desmoronar deseo tu frontera
con el ruido silencioso de mis alas
Liberar el fantasma de la jaula
fundir líneas de tu celda de cera

Profanar tu cerradura efímera
con el frío haz  del fulgor de una vela
en el mar,  hundirme en la  estela
de tú inmensidad como quimera

Melar tu hiel con mi lozano aliento               
sumergirme en el vaivén de tus olas ,            
danzar en los charcos del  pecho inquieto 
 
Al fin saciar el huracán hambriento
para yacer el en fuego de tus islas,     
cuando calle  la marea  su concierto.