Sonetos cartesianos, prosas poéticas, cosas raras; bocetos sin forma, ni nombre, ni estilo, ni razón; salpicones de pintura, notas que no entran en partituras, dibujos sin formas, garabatos de palabras…
martes, 7 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes
penas a romper las pieles vienen
como el aire las fortalezas ajenas.
Tú suspiro el instante quiebra,
mendigo en la ciudad de los placeres.
Respiración que habita en los vaivenes
del la residencia del olvido ajena.
Los axiomas suicidas en mi mente
contra el umbral de lo imposile chocan,
dispersos como cristales candentes
Aunarse ellos en tus fronteras buscan,
fundirse en tus cicatrices ardientes
y así, vivos, morir en tu volcán.
La Higuera
Y llega el lunes, prólogo paradójico de una comedia. Martes, inerte como la roca. Miércoles, velero a la deriva en medio del mar. Jueves santo para los santuarios, furtivo para los amantes. Viernes, vigilia; sábado zaguán.
Y el domingo... el domingo vuelve como un Mesías resucitado, diáfano y febril. Es el día en que las margaritas dan el sí, cuando las hogueras profanas arden y del cáliz aflora la fruta prohibida. Se chocan dos almas presas de sus cuerpos, pecado procaz.
En su afán de volar, el paraíso los echa como a un ebrio de un bar, las aduanas de los altares los deportan. El ascensor cae cuesta abajo del cielo al purgatorio, pero no les importa, ellos ríen como locos en desvarío como si la llama en sus venas enfriara la furia. De un suspiro apagan las constelaciones y en la oscuridad desnudos ven de nuevo la semana marchar abrazados a su higuera...
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